Los espejos

No siempre cuando nos paamos frente a un espejo estamos viendo la verdad de lo que se tiene delante, hay personas que de frente ven a una obesa/o, y deciden perder peso, caiendo en una astenciòn total de los alimentos, y otros que como yo, no nos damos cuenta del sobre peso, y seguimos comiendo.
Por mucho tiempo esta era la silueta que mis ojos veìan, una silueta que no era real.
uno de los problemas de tanats personas obesas es que no nos vamos dando cuenta de lo que tenemos delante, nos miramos al espejo, y este a veces nos engania, pensamos que vamos bien, comemos, nos llenamos de atracones, y seguimos la vida hasta...

hay quienes se escudan en palabras: LOS GORDOS TENEMOS MEJOR CARàCTER, SOMOS MàS FELICES, ETC, ETC
pero lo que vamos olvidando es que la obesidad es una enfermedad que va quitando vida, vida y vida, se quiera o no.
Siempre me miraba al espejo, y me veìa bien, hasta que un dìa, por motivos de salidas fuì a ponerme una de mis ropas y esta no me entraba de los muslos, ahì no fuè que me puse a capacitar en mis errores alimenticios, NOOOOOO!!!, ahì usè otra excusa: EL PANTALòN AL PARECER SE ENCOGIò! pero còmo!? Si ni siquiera lo he lavado!!!???
No bastò, que tuve que salir corriendo a buscar otras prendas, y como era de esperar, Nada, no me entraba nada, y fuè entonces que cogì la vascula y me subì, eran 84 kilos!!!!!!!!! 84 kilooooooooooooossssssssssss!!!!!!!!!!!! pero que veìan mis ojos!? Còmo era posible esto!? pero fuè asì.
la decisiòn era mìa, o suspender la comida basura que no aprovecha a nada, o seguir empotandome de comida, comida y màs comida.
mi decisiòn fuè la màs dolorosa, suspender todos aquellos platos, todo ese exceso de cosas que me estaban destruyendo y darle un vuelco a mi vida de una forma ràdical.

hoy puedo gritar y sentirme orgullosa de mi trabajo sostenido, de mi batalla personal por perder estos kiletes que de 84 se fueron convirtiendo en 94, y que ahora ha vuelto a ser 84, con la idea de seguir hasta 58 kilos.
Es duro, nada en la vida es fàcil, nada viene de prisa, pero las cosas que vienen lentamente se van valorando mucho mejor, y ahì sigo, y seguirè con la ayuda y el favor de Dios.
las tentaciones no han dejado de venir, pero con la fuerza del Senyor las he podido rechazar y ahì sigo, ya no me engania el espejo, me sigo mirando con mis ojos de amor, pero sabiendo que el precio se va pagando, y que el peso tiene que normalisarse.
saludos y ojalà tu espejo no te haga ver aquello que quizàs te danie, pero que hace ver que te hace bien.