Evite caer en algunas de las trampas más comunes relacionadas con los alimentos y el acto de comer:
No recompense a su hijo por su buena conducta ofreciéndole golosinas o dulces ni intente frenar el mal comportamiento castigándole a no tomarlos. Piense en otras formas de impartirle disciplina para modificar su comportamiento.
No imponga la norma de "dejar siempre el plato limpio". Tenga en cuenta las fluctuantes curvas de hambre de los niños. Hasta los bebés que giran la cara en la dirección contraria a la del biberón o el pecho de sus madres están enviando señales de que ya han comido bastante. Si su hijo ya está satisfecho, no le obligue a seguir comiendo. Refuerce la idea de que sólo debe comer cuando tenga hambre.
No hable sobre "alimentos prohibidos" ni elimine por completo todos los dulces y tentempiés favoritos de la dieta de un niño con sobrepeso. Los niños pueden rebelarse y comer cantidades excesivas de esos alimentos prohibidos cuando están fuera de casa o traerlos a casa a escondidas.
He aquí algunas recomendaciones adicionales para niños de diferentes grupos de edad:
Desde el nacimiento hasta el año de edad: La lactancia materna, aparte de las muchas ventajas que aporta a la salud de los lactantes, es posible que ayude a prevenir el sobrepeso. Aunque no se conoce exactamente el mecanismo implicado, los bebés amamantados son más capaces de controlar su propia ingesta y de dejarse guiar por los mecanismos internos que les indican cuándo tienen o no tienen hambre.
Entre los dos y los seis años: Inicie los buenos hábitos desde el principio. Fomente la tendencia natural de los niños a estar activos y ofrezca a su hijo un amplio abanico de alimentos saludables. Un niño puede necesitar que le ofrezcan un alimento nuevo 10 veces o más antes de aceptarlo, de modo que no tire la toalla demasiado pronto.
Entre los siete y los 12 años: Anime a su hijo a practicar ejercicio físico cada día, se trate de un deporte de equipo organizado o de jugar a la pelota o al escondite a la hora del recreo. Mantenga a su hijo activo también en casa proponiéndole actividades como pasear y/o jugar en el patio o el jardín. Déjele participar cada vez más en las elecciones de alimentos saludables.
Entre los 13 y los 17 años: A los adolescentes les encantan los establecimientos de comida rápida, pero trate de guiar a su hijo hacia restaurantes donde sirvan comidas más saludables como, por ejemplo, ensaladas y pollo asado, y raciones más pequeñas. Anímele a estar activo cada día. Si no le van los deportes de equipo, sugiera actividades menos competitivas que pueden ayudarle a mantenerse en forma, como el yoga o el método Pilates, o deportes alternativos como el monopatín, el patinaje o la bicicleta de montaña.
Todas las edades: Reduzca el tiempo que su hijo pasa delante del televisor, la computadora y las videoconsolas y evite que coma mientras ve la televisión. Prepárele un amplio abanico de alimentos saludables y coman en familia siempre que sea posible. Trate de incluir cinco raciones de frutas y verduras al día en la dieta de su hijo, prepare meriendas y tentempiés saludables y anime a su hijo a desayunar cada día. Ínstele a probar diversas actividades. No le obligue a practicar un deporte o actividad en concreto -ayúdele a encontrar una actividad que le guste y luego apóyelo en sus esfuerzos.
Si usted, en calidad de padre, come bien, hace ejercicio regularmente e incorpora hábitos saludables


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